Igor hereda el circo de su abuelo. Con el tiempo consigue agrupar a personajes asombrosos que llenaban cada noche la carpa con sus espectaculares números pero poco a poco la gente dejó de ir al circo. Aquellos números tan espectaculares ya no atraían a la gente y día tras día Igor buscaba la solución para continuar… hasta que un día, revolviendo entre sus miedos, encontró la solución.